Atardecer sombrío,
ojos que olvidaron la luz del día
envueltos en la nebulosa hostil de la tristeza.
Mírame, te pido, mírame desde tu interior.
Sal de esa cápsula siniestra
que te aleja sin que tú lo impidas.
Vive de nuevo, abre los ojos del corazón,
palpa como antes las bellezas que te rodean
y que tú con afán escondes.
Escucha a tu corazón que aún palpita
aislado de un mundo viviente.
Vuelve a sonreír,
a tu lado hay seres que miran sin mirar
y pasan la vida
en concupiscencia con el desaliento
cegados a lo positivo, a lo bello,
con ojos que sólo ven lo malo de las cosas,
cegados del alma y de los sentidos.
Ven,dame tu mano,
crucemos el umbral del desaliento,
las barreras inexistentes,
la belleza no tiene fronteras
está más cerca de lo que tú imaginas.
Abre los ojos del alma
y deja que la naturaleza
acaricie con sus manos tibias
la mirada en tus pensamientos.