Haciendo uso cruel de la tinta maldita,
Yo dibujé palabras y aún no sé por qué
La pena que hay en mí, también quedó escrita,
Como un recuerdo eterno que yo misma grabé.
Haciendo uso obligado de mi poca memoria
Traté de recordar el por qué de mi penar
Y aunque la tinta seguía grabando esta historia
Mi olvido seguía sin poder recordar.
Borré algunas palabras, acomodé las estrofas
Y sin embargo la pena aún así se leía
Mientras caía la noche disfrazada de sombras
Para dictarle a mi mente lo que yo escribiria.
Y en el manto ennegrecido de la noche silente,
Mis palabras brotaban como así mi tristeza
Porque mi pena y la escrita no eran diferentes
Pues las dos cual puñales por mi pecho atraviesan.
Nunca supe si extraño, si amo o recuerdo,
O si es que mi alma escribir necesita
Culparé a mi mente si fuera lo primero
Y si no solamente a esta tinta maldita.